Invisible

A mi edad la vida me parece más intuitiva, con una rapidez instantánea, un mecanismo complejo, delicado y perfecto. Lo demás es mas como una ilusión que se prolonga. La vida es tan efímera en relación con la eternidad. Es admirable poder contemplar lo que uno es capaz de alcanzar y nadie lo ve. A veces me da por pensar demasiado y esperar a que me vean, y la estupidez frenética de contenerme, callar y pretender creer, creer a muerte, para no frustrarme. Estoy segura de que la realidad cimienta por si misma mi destino, no sé bien como, y que toda indiscreción moderada o brutal solo cambia y se moldea de las apariencias. La vida es impresionante y pensé que no me salvaba, me sorprendió porque me empujó hacia lo desconocido sin yo poder incidir en eso. Y fui feliz. Siempre fue mejor no pensarlo tanto, mejor es hacerle creer a los demás que se puede intervenir, acepta y aparentar que yo misma me lo creo y que resulta agradable renunciar a lo imposible y encerrarme en la tibieza de una vida bien cortada en seda artificial. No hace falta ser adivino para darse cuenta de lo que hablo, con la lógica o sentido común alcanza. Todos somos seres insaciables, voraces y hambrientos devoradores. Todos muy especiales.