Algo raro esta pasando estos dias,
voy percibiendo signos de viejos recuerdos y antiguas tristezas
que salen a flote como si tuvieran vida propia
con el cambio de estación.
Recuerdo que el tiempo siempre avisa cuando va a llover
y cada vez que se viene algún cambio importante,
y esta oleada de melancolía y añoranza debe ser algo parecido.
Es el alma, que se prepara para recibir al otoño,
y avisa removiendo viejas heridas del alma.
Muchos son los recuerdos que se hacen presentes en estos dias
y entonces dejan de ser recuerdos
para convertirse en vivencias nostálgicas.
Necesarias para algunos,
odiadas por otros y desatendidas por unos pocos.
Para mi que no soy la única que siente esto,
son de las cicatrices del alma,
y hay tantas cicatrices en mi,
que simplemente creo que cualquier cosa que me pase,
ya no podrá dañarme más.
... lo peor de mi vida ya lo pasé...
y otras cosas también...
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