Aún conservo vívidos recuerdos de
todo lo que compartimos. Siempre riendo, incluso en los
días más difíciles. Recuerdo claramente aquel primer día de secundaria y también nuestras conversaciones llenas de sueños,
como aquella vez en que imaginábamos mudarnos a Florida ja.
De todo lo vivido, lo que más atesoro es la simpleza de poder hablar,
de conectarnos, de compartir gustos musicales. Ir al colegio era
suficiente para alegrarme el
día. Solíamos escribirnos todos los días, solo para contarnos un poco
mas de nuestras vidas.
Fuiste una de mis mejores amigas. Te quise inmensamente, y esas emociones siguen
acompañándome, aunque ya no estés.
Hoy siento que debería despedirme, al menos por ahora. Pero no
importa cuántas veces intente alejarme, siempre termino recordando y con
una sonrisa genuina aquellos momentos. Siento la necesidad de contarte
lo que
pienso, de hablarte sobre lo que pasa hoy en mi vida. No estoy segura
de
poder dejar de escribir algún día. Tal vez este sea mi modo de buscar un
cierre.
Lamento profundamente que no hayamos podido sanar lo que nos estaba
distanciando, sin juzgarnos entre nosotras, antes de tu partida. En ese
tiempo yo también
atravesaba muchas dificultades, y me alejé de todos, incluso de vos.
También me pesa muchísimo no haber sabido por lo que estabas pasando.
Supongo
que no quisiste preocuparme, aceptando y respetando, como siempre fue
nuestra amistad.
Te extraño. Y se que te seguiré extrañando.
Con todo mi cariño.
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